Nuevas variedades de fruta: La guía definitiva para entender cómo surgen
«Veo el árbol de 40 frutas como una obra de arte, un proyecto de investigación y una forma de conservación»
Van Aken, charla TEDxManhattan en el 2014
Sam Van Aken es un profesor de la universidad de Syracuse creador de un árbol que produce hasta 40 tipos de frutas de hueso distintas. Su “árbol de 40 frutas” es capaz de producir melocotones, albaricoques, ciruelas, cerezas y nectarinas entre otras, y fue creado a base de injertos.
Además de alucinantes injertos, el ser humano ha modificado casi la totalidad de frutas y verduras que existen hoy en día. Creando variedades tan conocidas como la clementina (variedad de mandarinas sin pepita), el kumato (tomate que se distingue de los demás por su color oscuro), la nectarina (un melocotón mutado) o la uva sin pepita.
Podemos afirmar que las frutas y verduras que conocemos y consumimos hoy, nada tienen que ver con las que la naturaleza creó. A través de los siglos, hemos creado frutas “artificiales”.
¿Desde cuándo el hombre ha «creado» frutas?
Hablar de la selección natural y la evolución de las especies va ligado al concepto de selección “artificial”. Desde el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, los granjeros elegían (y eligen) los mejores ejemplares para cruzarlos y obtener mejoras en su producción.
Lo mismo pasa con la agricultura: se han ido seleccionando determinadas variedades que han cambiado el aspecto y otras muchas características de las plantas y de sus frutos para hacerlas más productivas, duraderas o atractivas para el consumidor.
Nada tiene que ver un plátano silvestre, de los que comían nuestros ancestros hace miles de años, con los que comemos hoy en día.
Otro buen ejemplo es una raíz raquítica, y de color morado o blanco, que comían en el siglo X en Persia y Medio Oriente: La zanahoria.
Cuenta la leyenda que los agricultores de los Países Bajos los que decidieron seleccionarlas artificialmente hasta que consiguieron un tono anaranjado, el color de la casa real holandesa. Sea cierto o no, la zanahoria es el típico ejemplo de selección artificial.
¿Con qué objetivo se crean nuevas variedades de fruta?
Como comentamos más arriba, crear nuevas variedades tiene varios objetivos:
- Conseguir ejemplares cuyas propiedades beneficien más al agricultor:
- Mayor resistencia a la sequía.
- Mayor resistencia a parásitos y plagas.
- Mejora de la producción.
- Mejor adaptación al tipo de suelo.
- Retraso de las fechas de floración.
- Disminución de las necesidades de aclareo.
- Abrir nuevos mercado.
2. Conseguir ejemplares con mejores propiedades para el consumidor:
- Mayor calidad gustativa (mejor sabor).
- Un aspecto más atractivo.
- Frutos con mayor resistencia tras la poscosecha para que aguanten más tiempo en la nevera sin estropearse.
¿Cuál es el proceso para crear nuevas variedades de fruta?
Hasta hoy la mejora genética se realiza de manera tradicional: se eligen las plantas que le ofrecen la ventaja que buscamos y se cruzan de forma selectiva entre esas variedades para obtener descendencia con mejores rendimientos o características.
Estos cruces pueden ser entre diferentes variedades de la misma especie, interespecíficos (entre especies) o inclusive intergenéricos (entre diferentes géneros). De ahí se extraen los híbridos: con una combinación de genes al azar, diferentes de los progenitores.
¿Hay variedades que dejan de existir?
“Según los registros históricos, EE.UU. perdió el 86% de sus variedades de manzanas.”
Fuente BBC
Se apuesta por desarrollar y cultivar un par de variedades por lo general.
¿Qué consecuencias puede tener que desaparezcan variedades de frutas?
El planeta está constantemente en un estado de cambio. El clima se está calentando y los patrones meteorológicos están cambiando.
Las plantas también tienen que cambiar para resistir. Pero los cultivos tienen una desventaja: están en nuestras manos y los hemos producido «a medida» con características orientadas a los beneficios, como las que favorecen el rendimiento de las cosechas y la durabilidad de los frutos en lugar de priorizar la adaptabilidad.
La diversidad actúa como una póliza de seguro, porque si falla un cultivo (por plagas, sequías o lo que sea) debemos poder responder con una variedad alternativa que sí ha podido resistir al imprevisto y se ha adaptado al medio.
Unas puntualizaciones para terminar…
Para concluir, queremos incidir en dos temas importantes:
- Hoy por hoy la mayoría de las nuevas variedades se produce con selección artificial, no modificando genéticamente los frutos.
- Los productos transgénicos (casi prohibidos por completo en Europa para el consumo humano) cuya edición genética se lleva a cabo en laboratorios puede producir ejemplares que ayudan a reducir los desperdicios como bananas comestibles en su totalidad (también la piel) o manzanas que no se oxidan (como la Artic Apple que ya está en los supermercados de EE. UU.)
La lucha entre científicos y legislación europea está servida.
Desde Ingivision, continuaremos mejorando los sistemas de clasificación de las frutas y nos adaptaremos a las nuevas variedades de frutas futuras aplicando las últimas tecnologías para facilitar el proceso electrónico de calibración de cualquier tipo de fruta u hortaliza.