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Tecnología e innovación en la producción hortofrutícola en España

Tecnologías emergentes que están transformando el sector hortofrutícola en España

El sector hortofrutícola está en pleno cambio.
En realidad es algo que está afectando a todos los sectores. Y es que incorporar las nuevas tecnologías a nuestra forma tradicional de hacer las cosas es algo que cuesta, y en sectores como el agrícola parece que más.

Pero este cambio tecnológico es una realidad. Y en España nos hemos subido al carro ¡y de qué manera!

Si quieres saber hacia dónde va encaminada las tecnologías emergentes que están transformando el sector ¡sigue leyendo!

Historia de la innovación en horticultura en España

Dos circunstancias han limitado los estudios históricos sobre el cambio técnico en la agricultura española:

  • Las dificultades de adaptar a la historia de la agricultura unos instrumentos analíticos diseñados para el estudio del sector industrial.
  • Un enfoque que ha priorizado el análisis de la propiedad, la producción y la productividad, como resultado del elevado protagonismo que ha tenido el mito del atraso.

Muchos historiadores de nuestra economía consideran muy modesto el cambio técnico en el sector hasta los años sesenta, teniendo presente el concepto de atraso.

Las primeras innovaciones que se realizaron, fueron en los sistemas de fertilización. Se fue incorporando de forma creciente el uso de nuevos fertilizantes químicos y minerales a lo largo de las cuatro primeras décadas del siglo XX, siguiendo las tendencias europeas, pero con diferencias regionales. (más elevado en muchas zonas de Castilla la Vieja y muy reducido en amplias zonas del centro y sur de la península).

En el ámbito de la mecanización se observa un fenómeno similar con la introducción de trilladoras mecánicas en las agriculturas del norte peninsular. Esto pone de relieve la importancia que tuvo la expansión de los nuevos medios mecánicos para la agricultura y la mecanización hasta la Primera Guerra Mundial.

La guerra civil y la etapa de posguerra paralizan nuestra historia agrícola, y no es hasta 1950 (en adelante) cuando se retoma y se materializa la transformación más intensa de nuestra agricultura.

Poco a poco nuestra agricultura superó lo que se conoce como crisis de la agricultura tradicional, esforzándose en crecer a nivel cuantitativo y cualitativo.

Las empresas agrícolas están haciendo un esfuerzo extraordinario para transformar sus procesos y su estructura productiva.

¿Cuál es su aliado? La digitalización y el uso de soluciones agrícolas.

Vamos a verlo.

Tecnologías emergentes en la producción hortofrutícola

El objetivo es conseguir una agricultura más precisa y sostenible.
¿Por qué?
Hay varios motivos pero por simplificar, existe una población en aumento a nivel mundial y una creciente demanda de los productos agrícolas.
Además de esta necesidad de maximizar la productividad, hay que tener en cuenta las “cuatro esferas de calidad de un producto agroalimentario”:

  • la seguridad alimentaria,
  • la capacidad del producto de satisfacer las necesidades de los consumidores (en occidente no compramos comida porque tengamos hambre; sino por placer),
  • la vinculación del producto a su lugar de origen,
  • la sostenibilidad, para no comprometer el sustento de las generaciones futuras.

Con estos requisitos existen hitos como lograr una huella cero en los invernaderos, desarrollo de la agricultura vertical o el desarrollo y de la agronomía predictiva y se exploran tecnologías futuristas como la robótica o el equilibrio entre los paneles solares y el rendimiento de las plantas.

En un mundo donde la eficiencia y la sostenibilidad son ya fundamentales en la agricultura y lo van a ser mucho más en el futuro, integrar tecnologías de monitorización y automatización está revolucionando la forma en que se gestionan los recursos agrícolas.

Hoy hablamos de agricultura predictiva para:

  • Los factores climáticos
  • El regadío
  • Las plagas
  • Las enfermedades

Veámoslo en detalle.

La agricultura predictiva y los factores climáticos

Utilizando tecnologías avanzadas como big data, inteligencia artificial y sensores IoT, esta rama de la agricultura permite prever condiciones ambientales y tomar decisiones proactivas que optimizan los recursos y maximizan la producción.

Un ejemplo destacado de agricultura predictiva se encuentra en el uso de modelos climáticos avanzados que analizan datos históricos y actuales para predecir patrones meteorológicos.

En España, proyectos como Agroclima, impulsado por el Instituto Nacional de Tecnología Agraria y Alimentaria, utilizan estas herramientas para proporcionar a los agricultores pronósticos detallados que ayudan a planificar las siembras, el riego y la aplicación de tratamientos fitosanitarios de manera más eficiente.

Otro avance significativo es el desarrollo de aplicaciones móviles que integran datos de sensores en tiempo real con algoritmos de aprendizaje automático.

Estas aplicaciones no solo predicen las necesidades hídricas de los cultivos, sino que también alertan sobre posibles brotes de enfermedades o plagas basándose en las condiciones climáticas y ambientales previstas, permitiendo así intervenciones más rápidas y menos costosas.

Estos enfoques predictivos aumentan la rentabilidad agrícola y contribuyen a una gestión más sostenible del medio ambiente.

La agricultura predictiva y el regadío

La agricultura predictiva está transformando el campo del regadío, ofreciendo métodos más eficientes y sostenibles para la gestión del agua.
Mediante el uso de sensores de suelo, imágenes satelitales y modelos predictivos, los agricultores pueden ahora optimizar el uso del agua, ajustando los riegos a las necesidades reales de los cultivos en función de las condiciones meteorológicas y de la humedad del suelo.

Un ejemplo es el sistema de riego gestionado a través de plataformas de agricultura inteligente que utilizan datos en tiempo real para adecuar automáticamente los horarios y las cantidades de riego.
Hoy ya es posible que los agricultores utilicen sistemas que integran información meteorológica con sensores de humedad del suelo para programar el riego precisamente cuando las plantas lo necesitan, minimizando así el desperdicio de agua y aumentando la eficiencia del uso de recursos hídricos.

Cómo combatir las plagas y otras enfermedades

La agricultura predictiva permite a los agricultores actuar de manera preventiva y más efectiva.
Mediante el uso de modelos predictivos y sistemas de monitorización en tiempo real, se pueden identificar signos tempranos de infestación o enfermedad antes de que se conviertan en un problema mayor.

En España, un ejemplo destacado es el uso de la plataforma de tecnología agrícola, Agroptima, que permite a los agricultores rastrear y prever el desarrollo de plagas mediante datos históricos y condiciones climáticas actuales.

Esta herramienta utiliza algoritmos para analizar la probabilidad de brotes de plagas y enfermedades, ofreciendo a los agricultores recomendaciones personalizadas sobre el mejor momento y método para aplicar tratamientos fitosanitarios.

Otro proyecto innovador es el desarrollo de drones equipados con cámaras de alta resolución y sensores específicos que vuelan sobre los campos para detectar signos de estrés en las plantas causado por plagas o enfermedades. Estos drones pueden cubrir grandes áreas, proporcionando datos cruciales que se utilizan para aplicar medidas correctivas de forma localizada, reduciendo así el uso de pesticidas y minimizando el impacto ambiental.

Desafíos y barreras para la innovación

La innovación y la tecnología también enfrenta obstáculos, entre los que podemos destacar:

  • La falta de financiación sigue siendo un obstáculo de importancia, en especial para los pequeños agricultores que luchan por acceder a tecnologías avanzadas.
  • La brecha en la educación y capacitación tecnológica necesaria para implementar y manejar soluciones innovadoras.
  • La resistencia al cambio por parte de algunos sectores de la comunidad agrícola también impide la adopción generalizada de nuevas prácticas.

Estos desafíos requieren un enfoque coordinado que incluya apoyo gubernamental, educación e incentivos financieros.
Como conclusión, señalaremos que el futuro de la agricultura española pasa por una apuesta firme por la innovación y la tecnología ya que solo así podremos competir de igual a igual con otros países productores.
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